martes, 21 de diciembre de 2010

Todos hemos matado a Yolanda

Reflexión provisional

Desde el domingo vengo escuchando que el Juzgado de Instrucción de Ciudad Real denegó a Yolanda las medidas de alejamiento de quien de manera personal y directa la acuchilló, provocándole la muerte horas después por las heridas que le causó.

¿Porqué se dijo no a la orden de alejamiento?, ¿cuáles criterios se manejaron para determinar la peligrosidad de la situación?, y alguna otra pregunta mas queda en el aire, como la atención en el Centro de la Mujer y las manifestaciones de la Alcaldesa de que no constaban malos tratos del marido.

Será que posiblemente hoy cuesta mas creer los relatos de malos tratos, porque la realidad es que con una frecuencia mayor que la ocasional tales denuncias vehiculizan, o sustituyen sin fecha legal de caducidad, a las medidas provisionales en los procedimientos de separación y divorcio.

Todos somos responsables de la banalización de las medidas de protección a las víctimas de violencia de género, y mientras no seamos capaces de asumirlo con la honradez necesaria y vinculante, es muy posible que nos convirtamos en plañideros y plañideras y cómplices de los autores de los delitos por violencia de género.